Democratizar la belleza

Jean Seo

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Texto: Daniela Valdez
Fotografía: Ricardo Urroz
Maquillaje: Gustavo Bortolotti
Modelo: Dahlia Aldana @ Broke Model Management
Todos los productos: Evolué

Con base en una contradicción, Jean Seo teje su éxito: envejecer es natural y no existe nada para evitarlo, pero al delinearse como el mayor fracaso al que podamos enfrentarnos, pasamos la vida buscando productos que detengan o desaceleren el paso del tiempo. Caer en el juego de la búsqueda de la perfección es peligroso; sin embargo, todos merecemos sentirnos bien en nuestra piel. Ésta es la historia de Jean.

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Desde que somos niñas —sucede si nos educaron en cierto nivel socioeconómico dentro de la tradición occidental—, nos enseñan que las mujeres debemos cumplir con cierto estándar de belleza. Debemos vernos de cierta forma para el mundo, vestirnos para los demás, comer poco y cuidar nuestro cuerpo no por razones de salud, sino para mantener una figura esbelta y que los vestidos se nos vean igual que al maniquí en el aparador de una tienda. Debemos usar tacones, aunque no nos sintamos cómodas; vivir en una dieta eterna, gastar miles de pesos en productos que prometen milagros, y además debemos ser delicadas, gentiles, simpáticas. Lo cierto es que en pleno 2016 los cuerpos de las mujeres consideradas más bellas en el mundo son, en muchos casos, construcciones plásticas, reflejos poco saludables de lo que significa pasar la vida cerrando la boca para no ofender, y en especial para no engordar. Las revistas nos muestran mujeres perfectas con pieles, sonrisas y cuerpos majestuosos creados por un entrenador y un chef personal, un cirujano plástico y, para rematar, Photoshop, y además, mes tras mes nos dan consejos de qué debemos hacer y comprar, cómo debemos vestirnos y qué debemos pensar para llegar a ese estándar y mantenerlo, ya que para nuestra sociedad, el enemigo público número uno es el tiempo, “y lo cierto es que al tiempo no podemos ganarle”, comenta Jean Seo, directora de Evolué, la línea de productos para el cuidado de la piel en Beverly Hills. ¿Arrugas? ¿Flacidez? ¿Canas? Pasamos la vida escuchando que envejecer es el mayor fracaso al que se enfrenta una mujer, sin darnos cuenta de que eso mismo, el tiempo que vivimos, es lo más preciado que tenemos: nuestro recurso no renovable; tan temido, es el único que importa al final.

La realidad es que las mujeres no somos muñecas vivientes, perfectas, tontas, sumisas, plásticas. La realidad es que tenemos el derecho, si no es que la obligación, de ser nosotras mismas. Tenemos derecho a amarnos y reconocer nuestros defectos . Lo que conocemos como defectos, como una buena artesanía, nos hace únicos. Definitivamente el reloj no se detiene. La realidad es que valemos por quienes somos y por cómo nos sentimos, no por cómo nos vemos a través de los ojos de los demás, así que debemos aprender a celebrar y amar nuestros cuerpos tal y cómo son y cuidarlos, sin duda, pero para sentirnos bien, no para cumplir con nadie más que con nosotras mismas. Afortunadamente, cada vez nos damos más cuenta de esto, gracias a mujeres como Jean, quien desde hace años ha sido el secreto mejor guardado de la piel impecable de las estrellas de Hollywood.

Jean creció con sus padres, que eran científicos, y sus hermanos. Nació en Corea, pero se mudó a Estados Unidos al cumplir nueve años. Estudió en la ucla primero Historia y luego una maestría en Bibliotecología (después de rechazar a un marido perfecto y una carrera en negocios, a disgusto de sus papás), lo que le dio herramientas para investigar cualquier cosa que le interesara. Entonces Jean se dio cuenta de que su hermana estaba gastando entre $200 y $300 dólares al mes en Sephora, probando la marca que la boutique  promovía cada mes, con la esperanza de mejorar su piel —que, además, no es una piel de trato fácil, es muy delgada y estaba llena de imperfecciones—. Jean decidió buscar una solución para su hermana, y así comenzó a encontrar productos naturales que no contenían jabones ni detergentes que le estaban secando, y por lo tanto irritando, la piel. También encontró exfoliantes naturales para que pudiera renovar su piel sin dañarla; hidratantes que no le taparan los poros, y finalmente, maquillaje sin químicos que no permiten a la piel respirar. Seis meses después, su hermana le dijo: “Jean mírame, no traigo maquillaje. Es la primera vez en años que salgo de mi cuarto sin maquillaje”. Yo les puedo decir lo que es no sentirte cómoda con tu piel: durante años he cambiado mis hábitos alimenticios, he tomado y probado y dejado de tomar y probar todo tipo de cremas, tratamientos, antibióticos, maquillaje, dermatólogos, ejercicios para solucionar un problema de acné, que en realidad parece empeorar con cada cosa que me unto en la cara. Tengo 30 años, y durante los últimos 17 años de mi vida no me había sentido cómoda al tomarme una fotografía.

Hoy, a un mes de haber probado los productos de Jean, salgo a la calle con la cara recién lavada. No bases, no polvos, no capas de maquillaje, e incluso me han dicho “qué bonito cutis tienes”, algo completamente impensable para mí. Después de platicar con su hermana, Jean se dio cuenta de que seguramente existían muchas personas con la misma situación, decidió que quería ayudar a todos aquellos que tuvieran un problema de autoestima debido a una mala piel. Así nació Evolué en 2008, que desde 2010 se encuentra en Beverly Hills y hoy cuenta con las mejores firmas de belleza eco (entre ellas Antonym, Jane Iredale Foundations, Laboratoire Paysane o Rare Elements). Sin embargo, algunas de las clientas de Jean aun con varias firmas no encontraban lo que necesitaban; entonces ella se ponía a investigar casos particulares. Tenía un bote especial para cada una de ellas, y comenzó a crear cremas y sueros. Dos años después ya tenía una línea de productos orgánicos para el cuidado de la piel (los 11 mejores de todo lo que inventó) y ahora, después de investigar, estudiar, probar, está lista para compartirlos con el mundo.

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Me encuentro con Jean en el café Toscano de la plaza Río de Janeiro, en la ciudad de México. Es una mujer fuerte y exitosa, pero humilde y agradable. No lleva una sola gota de maquillaje, y a sus 39 años, su piel es lisa, saludable; brilla, no tiene arrugas. Nos disponemos a desayunar, y hablamos sobre los inicios de su firma. “Cuando empecé Evolué, no estaba pensando en un negocio ni en hacer dinero. Hay algunas cremas de las que, si tengo suerte, puedo hacer 1,200 al año y nada más, pero hay más de 1,200 personas en el mundo que me la piden. Yo no quería ganar dinero, simplemente quería hacer lo mejor”. Entre los productos de Evolué se encuentran cremas hidratantes, sueros a base de aceites, productos antiedad, desmaquillante (hecho a base de aceites, por lo que no te arranca las pestañas), exfoliante para hombres y mujeres y para todo tipo de piel. Los ingredientes que usa son naturales, la crème de la crème  (literalmente en términos lácteos), lo mejor que ha encontrado en todo el mundo. Un ejemplo de lo anterior es el Reverse Time Serum. Para los productos antiedad, después de mucho investigar descubrió que lo que mejor le puede devolver la grasa a la piel son los sesos de las ovejas, que es una grasa suave que la piel absorbe. ¿Dónde se encuentran las mejores ovejas? No en Estados Unidos, donde los animales tienen muchos antibióticos y hormonas. Jean viajó a los Alpes suizos, donde las ovejas tienen una vida digna y se alimentan con productos de alta calidad. Esas ovejas se crían para el consumo humano, y los sesos se tiraban a la basura. Ella los rescató y creó un suero que se debe conservar en el refrigerador, hecho con productos que la piel verdaderamente absorbe, y una de las estrellas de su línea.

En este momento me detengo y le pregunto a Jean cómo es rentable su negocio, dado que los ingredientes que usa son muy caros, difíciles de encontrar. “No pensaba en un negocio cuando empecé esto; quería encontrar el mejor producto, entonces me di cuenta de que no lo podía vender en grandes tiendas, pues no puede pasar mucho tiempo fuera del refrigerador, y muchas tiendas de belleza no tienen uno, y en lo que se desplaza del almacén a la tienda, se echaría a perder. Además, las tiendas grandes exigen un volumen que no puedo dar, pues mis ingredientes son escasos. Uso colágeno líquido, que es muy caro, y las grandes firmas de belleza no lo emplean porque deben vender miles de unidades para que sea negocio… no estaba pensando en eso, y te puedo decir que nadie en el mundo tiene un producto igual”. Hoy Evolué tiene una firma hermana con un precio más accesible. “Lué nació porque estaba en una tienda muy cara en Beverly Hills, donde entraron dos chicas que, al mirar los precios de los productos, dijeron: ‘odio estas tiendas que me hacen sentir tan fea’”. Jean, al escuchar esto, se dio cuenta de que su línea solamente era accesible para un sector muy pequeño de la sociedad —que incluye actrices, modelos, esposas trofeo, mujeres con mucho dinero—, y decidió lo que sonaría extraño para una firma de lujo: democratizar su producto. Democratizar la belleza. Para Jean Seo todos merecemos sentirnos bien en nuestra piel. “Si haces las cosas por dinero, difícilmente tendrás éxito. Odio cuando ésa es la historia en la cabeza de alguien, porque no están pensando ni en la calidad de sus productos ni en la gente que los compra. Por eso creo que no tengo competencia, porque hago lo mío y nadie usa mis ingredientes. No quiero crear tendencias, quiero productos que mejoren la piel, hacer lo mío y hacerlo lo mejor que puedo.” Lué cuenta con tres pasos: un exfoliante, un suero ligero y un producto especial que se aplica directamente en las imperfecciones ($35 dólares por el kit  completo que, al igual que Evolué, se puede comprar en línea en México y otras partes del mundo).

El proceso funciona así (experimentado en carne propia): el exfoliante —lo usé primero durante 10 días, después dos veces a la semana— es muy suave, y se deshace de la piel muerta. No importa cuántas cremas uses ni qué tan caras sean: si tienes piel muerta, las cremas no la traspasarán; entonces solamente te taparán los poros. Es un polvo hecho a base de avena y leche, y balancea el ph de la piel. Se usa después de lavar la cara, y se debe mojar con unas gotitas de agua, y después tallarlo suavemente en toda la cara. El suero calmante e hidratante tonifica, controla el aceite y el brillo y reduce los poros de una manera impresionante. Finalmente, el spot control , a base de 12 hierbas, funciona directamente sobre los granitos. Lo aplico durante 30 segundos en el momento en el que aparecen, y al día siguiente después de usar el suero, y como por arte de magia, en unos cuantos días dejan de existir. Otro tip : cambiar la funda de las almohadas y limpiar la pantalla del celular es imprescindible para un problema de acné, pues generalmente es provocado por bacterias que se acumulan en la cama y el teléfono. Antes de Jean existía la ecobelleza , pero no la ecobelleza de lujo , y mucho menos la ecobelleza de alta calidad.

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Ahora su mercado se expande a México, donde nota que las mujeres usamos mucho maquillaje para cubrir la piel, pero no tantas cremas para su cuidado. “Eso le funciona mucho a las grandes compañías: producir maquillaje que te arruina la piel y luego venderte un producto de cuidado para solucionarlo. Es una cuestión de marketing  muy fuerte en la que venden más un color o la bolsa en la que viene el producto que la calidad del producto en sí”. Entonces, para nosotras recomienda menos maquillaje, exfoliarnos con mayor frecuencia e hidratar, además de usar un suero o crema ligera en verano, y un aceite, que suele ser un producto incomprendido, para el invierno. Si el aceite es de buena calidad, tendrá un peso molecular bajo; entonces la piel lo absorberá y no dejará una sensación grasosa. En cambio, el aceite de mala calidad permanecerá en la piel y atraerá contaminantes que se quedarán en tus poros. También funciona quedarnos con los productos que probamos y verdaderamente sirven, sin estar cambiando cada vez que se termina una crema. Otro factor importante es conocer nuestra piel: detectar cuándo debemos exfoliarnos, si está reseca, cómo nos afectan los cambios hormonales, y entender que no todos los productos funcionan para todos. Parece una ironía la relación con nuestra cara: de jóvenes la cubrimos para lucir mayores, y después la cubrimos para parecer más jóvenes. Lo cierto es que envejecer es natural, y aunque Jean tiene una línea antienvejecimiento y recomienda recuperar los aceites naturales de la piel con sus productos, sabe que no existe absolutamente nada que evite el paso del tiempo. “En Beverly Hills, donde vivo, hay mucho botox. Éste se nota. A mi tienda llegan mujeres que se hacen tratamientos carísimos con ácidos y químicos dañinos, y me piden reparar los efectos con productos orgánicos.

El botox no te hace ver más joven; te hace ver como una persona que usa botox, así que puedes elegir parecer de tu edad o verte como una persona que usa botox”. ¿Qué significa envejecer para la piel? Envejecer es arrugarte porque estás perdiendo la grasa que se va secando con los años. La piel comienza a caerse a partir de los 26 años, que es cuando comienzas a perder colágeno. Los productos de Evolué, fruto del trabajo de toda una vida, nos ayudan a recuperar la grasa y el colágeno de manera natural. Dos semanas después de probar el kit  de Lué, los sueros y el desmaquillante de Evolué, regreso con Jean. Esta vez me recibe en su casa en la ciudad, y compartimos una copa de vino y una cena hecha en casa con algunos de los integrantes de su equipo, sin maquillaje, sin máscaras. En un ambiente mucho más relajado que el de la primera vez, le platico cómo ha cambiado la manera en la que me veo en el espejo en las mañanas. Ése es su objetivo: hacernos sentir bien. En su boutique de Beverly Hills, recibe a sus clientas famosas. “Ellas me piden que cierre la tienda cuando llegan, porque no quieren que los paparazzis  las vean. Generalmente son mujeres muy hermosas, y les pido que se desmaquillen para evaluar su piel. En realidad, tienen defectos muy pequeños, como manchas de Sol o arrugas muy leves, pero para ellas esto significa una catástrofe, aun cuando son hermosas”. La belleza puede venir de muchas partes, y caer en el juego de la perfección puede ser peligroso. No importa cuánto bajemos de peso, cuántos tratamientos de piel y pelo paguemos, las dietas y las horas de ejercicio; para la mayoría de las mujeres nunca es suficiente. “Una de mis clientas, que es una top model muy famosa, se reúsa a sonreír”. Tal vez la verdadera belleza radique en sentirnos felices con nosotras mismas.


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