Trista cumple una década de hacer moda en México y celebra con una exposición que muestra diferentes aspectos de su trabajo, lo descubre y lo descompone hasta revelar sus procesos. La marca mexicana que ha nutrido su trayectoria con la literatura, la historia y el propio México, da a conocer sus motivaciones e influencias en esta muestra que además de presentar una variedad de piezas, propone una nueva manera de mirar la moda.

José Alfredo Silva, diseñador creativo de Trista —con quien además tuve la oportunidad de trabajar es este proyecto como asistente de Ana Elena Mallet, su curadora—, explica cómo surgió.

Fernanda Sela (FS): Vámonos desde el principio. ¿De qué parte la exposición?

José Alfredo Silva (JS): La marca surgió de un proyecto que hice en la universidad en el que trabajé con un texto del filósofo francés Gaston Bachelard. A partir de eso desarrollé el concepto para distintas colecciones. Muchas de las referencias iniciales venían de estas imágenes literarias.

La exposición empieza con un video de la pasarela de la segunda colección, que presentamos en Madrid. Aunque es la segunda, esta colección es importante porque digamos que rompió el cascarón de la marca. Cuando comenzamos el proyecto hace diez años, el primer desfile fue algo muy chiquito, entre amigas, y solo vendíamos en una tienda en la Condesa, al lado de otros diseñadores mexicanos. De ahí salió esta invitación a Madrid y fuimos con esta segunda colección que tuvo muchísimo éxito. Lo importante de las piezas es que la estructura es muy compleja, pero lo que ha pasado es que hemos logrado entender que el patronaje complejo puede simplificarse, así que la marca ha evolucionado de desarrollar este tipo de patronaje a uno mucho más sencillo, en el que, aunque el proceso es menor, incluimos más texturas, logrando un equilibrio entre ambos. En la exposición mostramos cómo algunos vestidos llegan a tener hasta 40 piezas de patronaje, aunque puestos se vean muy sencillos.

FS: Al igual que el patronaje, Trista tiene una manera muy particular de construir sus prendas y de acercarse al cuerpo femenino.

JS: Así es. Otro elemento muy importante con el que nos gusta trabajar es la experimentación. Hay un vestido de la colección El Perro de Pavlov, en donde el planteamiento era la muerte. Al preguntarnos de este tema, nos acercamos a los libros y a partir de cuatros novelas clásicas mexicanas notamos que las sombras eran una constante en el presagio de la muerte. Uno ve su sombra y se reconoce, pero si no es tu sombra, te hace cuestionarte quién eres. Y ese básicamente es el cuestionamiento de la muerte. Lo que hicimos fue capturar la sombra de una persona para dar forma a un vestido, algo que después se aplica de manera individual para hacer diseños personalizados. El proceso consiste en marcar la silueta y después modelar la prenda. Esto está explicado mejor en la exposición con un video.

FS: Prestan mucha atención al cuerpo y su volumen escultórico. ¿Cuál es la relación que Trista plantea entre el cuerpo y una prenda?

JS: Precisamente en el video se muestra la relación entre el concepto y el vestido que llega a formar parte de una colección. Siempre ha sido un trabajo recurrente hablar del cuerpo. También mostramos una serie de vestidos que muestran una fuerte influencia japonesa, en el que el cuerpo de la mujer se reconfigura a través del no cuerpo. Los vestidos juegan con las proporciones y dimensiones, se acentúan zonas del cuerpo que regularmente no resaltan. Y eso viene mucho de la mujer que le gusta jugar mucho con esos factores, al cubrir o descubrir una zona, o exagerar otra.

FS: Se nota mucho la influencia japonesa y las referencias a diseñadores como Yohji Yamamoto.

JS: Venimos de haber estudiado en Casa de Francia, donde esa influencia y el vínculo con Japón y sus diseñadores es muy notorio. Sin embargo, le dedicamos una sección bastante amplia para mostrar dos elementos importantes. Primero, la manera en que entendemos el cuerpo, qué decidimos mostrar y qué ocultar, qué exagerar, y de esta manera cuestionar un poco la belleza occidental. Por otro lado, está el tema de las texturas. Para los japoneses lo nuevo no es lo más bello, sino lo viejo y lo usado, lo que tiene una historia, y eso es lo que le da sentido a las cosas. Eso lo mostramos a través de la diversidad de materiales con los que trabajamos, hay prendas en las que reventamos el tejido para dar un acabado avejentado, otras que parecen materiales marcados por el tiempo.

FS: La exposición cuenta la historia de Trista desde dentro pero, ¿cómo se complementa esta visión con una mirada externa?  

JS: Decidimos incluir a lo largo de la exposición, una serie de fotografías de distintos fotógrafos y editoriales para hablar acerca de cómo ha sido interpretado Trista esa mirada, la del fotógrafo, y que es completamente independiente a la del diseñador. Las imágenes muestran cómo Trista ha sido interpretado y cómo otros medios han contribuido a que Trista se perciba de cierta forma. Hay un par de fotos de Patrick Jendrusch, un fotógrafo alemán que vino a México y nos pidió ropa para hacer una serie, y me gustan mucho porque habla de un Trista muy primitivo, y que a la vez dialoga con el Trista contemporáneo. Esa fue su interpretación.

FS: ¿Cómo contribuye una exposición a mirar de manera distinta un vestido?  

JS: Ayuda a que la gente se sensibilice a la cantidad de trabajo que hay detrás de cada prenda y cada proyecto.  La mayoría de veces compras un vestido y no te enteras qué hay detrás, o cómo se hizo, pero es importante saber las horas de trabajo que se le invirtió. Una de las salas adentra a los visitantes al taller de Trista por medio de un video que muestra diferentes procesos. Igualmente, en una pared damos una serie de datos duros. Es importante saber que en un solo vestido intervienen 12 personas o que un bordado a veces requiere 360 horas de trabajo. Siempre hacemos una investigación bastante profunda y después pasamos a la parte práctica. Hacemos muchas pruebas antes de definir detalles y los materiales que vamos a utilizar. Por eso es importante también mostrar el proceso. La idea es explicar cómo se concibe un vestido, desde las primeras ideas hasta la ejecución.

FS: Tomando en cuenta esto, ¿cuál es tu postura ante la transparencia en la moda?

JS: Desde mi punto de vista creo que es muy importante que se entienda el trabajo en equipo que hay detrás de cada prenda. Darle un valor a la gente y su lugar son muy importantes. En mi caso, yo soy un director creativo que hace como de director de orquesta. Yo digo sí, no, pero en realidad todos aportan. Y el resultado es una idea de todos. Si no le damos el lugar a cada persona, desde quien borda, hasta quien hace los patrones, me parece que no es una manera honesta de transmitir el proyecto. Algunas marcas más grandes tal vez no lo necesitan, pero para nosotros es muy importante comunicarlo.   

FS: Es muy atractivo ver cómo recurren a referencias históricas que después adaptan en diseños contemporáneos. ¿Cómo es esta etapa en el proceso?  

JS: Hacemos mucha investigación a partir de siluetas históricas de diferentes épocas. De ahí pasamos a la búsqueda de materiales y de texturas que nos permitan transmitir eso que queremos. Podemos retomar elementos de un vestido del siglo XIX, por ejemplo, y lo trabajamos en una mezclilla stretch a la que además añadimos bordado o encaje. Entonces el resultado final es un diseño muy actual y fácil de usar.

FS: La experimentación también es una parte muy importante en los procesos de Trista. ¿Cómo se ilustra esto en la exposición?

JS: Tenemos un vestido de la colección Las Primeras Voces (2011) en el que trabajamos con flores naturales mexicanas para generar diferentes tintes. Fue una experimentación muy basta, diseñamos un sistema de goteo y a través de una manguera los tintes goteaban poco a poco en el vestido, formando diferentes formas.   

FS: Te escuchas muy apasionado cuando explicas esto. ¿Cuál es tu etapa favorita en el proceso?

JS: La verdad disfruto muchísimo el resultado. Al final, no necesitamos más ropa en el mundo, esa es una realidad, pero sí necesitamos soñar más. Y esa es un poco nuestra chamba. Siempre he dicho que lo que le hace falta al mundo es más poesía. La marca genera contenidos para que la vida de las personas adquiere un sentido diferente. Es muy importante para nosotros que una mujer se ponga un vestido y se sienta como princesa.

FS: Con la experiencia de esta exposición, ¿qué tan importante crees que es para una marca crear un archivo?

JS: Reunir los vestidos fue todo un tema, desde hablar con las clientas hasta rastrear diseños que no sabíamos quién tenía. Pero también fue muy interesante ver cómo en el proceso redescrubirmos piezas de las que no nos acordábamos. El archivo es fundamental para que pueda haber memoria y este tipo de proyectos lo confirman.

Fernanda Sela: Hemos visto a Trista en pasarelas, editoriales y filmes. ¿Por qué decidiste contar esta historia en el formato de una exposición?

Jose Alfredo Silva: Desde el principio lo planteamos como una exposición en  la que el público pueda venir y pensar sobre la moda. Les guste o no lo que vean, la idea es que esto pueda permitir pensar sobre lo que ha pasado y hacia dónde va la moda en nuestro país. Lo que vemos es lo que ha pasado con Trista en diferentes ámbitos y lo ponemos en contexto.  Lo que queremos es acercar la moda a más gente. Por la temporalidad, un desfile es muy efímero, y aunque la experiencia es fuerte, no es duradera. Una exposición, en cambio, permite disfrutar mejor los detalles. Puedes ir y volver con un vestido cuantas veces quieras. Para nosotros era importante mostrar los vestidos en una galería y hacer un statement de el arte y el diseño no están peleados. Una exposición ayuda a validar esto y a la vez es una oportunidad para que la gente pueda ver de cerca ciertos detalles en un vestido.

FS: Y cambia por completo la percepción que se tiene sobre un vestido, ¿no?

JS: Exacto. Incluso se vuelve más como una escultura.

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